Se trata de la técnica del insecto estéril, que consiste en esterilizar mosquitos machos criados en laboratorio con radiación atómica para luego liberarlos en el campo y que compitan con los machos salvajes por las hembras.
Este método ha sido utilizado con éxito en el control de otras plagas, como la mosca de los frutos, y se espera que sea igualmente efectivo en la lucha contra el dengue y otras enfermedades transmitidas por los mosquitos Aedes. La técnica del insecto estéril ha sido desarrollada por Marianela García Alba, quien ha liderado la investigación desde 2016.
Según explica Mariana Terrada, jefa del Departamento de Aplicaciones Agropecuarias de la CNEA, al controlar la población de mosquitos Aedes aegypti, también se estaría indirectamente controlando la probabilidad de contagio de las enfermedades que transmiten. «Al disminuir al mosquito transmisor, disminuirían también los contagios», señala Terrada.
La liberación piloto de mosquitos machos criados en laboratorio y esterilizados con radiación atómica está prevista para realizarse entre marzo y abril de 2024, cuando el calor empieza a disminuir y sobre una población controlada.
Si las pruebas avanzan según lo previsto, se espera que esta técnica se convierta en una herramienta clave en la lucha contra el dengue y otras enfermedades transmitidas por mosquitos en Argentina.

La lucha contra el dengue y otras enfermedades transmitidas por mosquitos ha sido una prioridad para el gobierno argentino en los últimos años. En 2020, el país sufrió un brote de dengue que afectó a más de 70.000 personas y causó la muerte de más de 60 personas.
La implementación de la técnica del insecto estéril podría ser un gran avance en la lucha contra estas enfermedades y mejorar la calidad de vida de millones de personas en todo el país.
La técnica del insecto estéril consiste en criar mosquitos machos de manera masiva en laboratorio, esterilizarlos y liberarlos en el campo para que compitan con los machos salvajes por las hembras y disminuir así la población de mosquitos Aedes. Se requiere liberar muchos mosquitos para aumentar la probabilidad de encuentro entre uno estéril y una hembra, y se realiza de manera sucesiva.
Es importante destacar que la radiación atómica no tiene efectos sobre los humanos ni los animales. El proceso de radiación actúa en el momento en que el mosquito está expuesto a la radiación en una planta del Centro Atómico de Ezeiza, y una vez que termina el proceso, cuando se lo libera, el mosquito no tiene radioactividad.

Se esterilizan mosquitos machos en lugar de hembras porque las hembras son las vectoras de enfermedades y liberar poblaciones de mosquitos hembras criados en laboratorio conlleva un mayor riesgo si están contagiadas. Además, las hembras son mucho más sensibles a la radiación que los machos, por lo que se morirían minutos después de recibir la dosis.
El objetivo del proyecto no es erradicar al mosquito sino disminuir su población para bajar la probabilidad de contagios de enfermedades como el dengue, que afecta a la Argentina.
La técnica del insecto estéril es una alternativa atractiva para controlar la población de mosquitos Aedes y reducir la propagación de enfermedades transmitidas por mosquitos en todo el mundo.
Según dijo Terrada, para poder hacer una liberación masiva de mosquitos, se requiere completar “una gran batería de ensayos previos, donde hay que determinar cómo lograr la esterilización a través de radiación gamma; determinar cuál es la dosis para lograr la esterilidad total, que no les produzca ningún daño en su comportamiento, y probar cuántos mosquitos hay que cruzar con las hembras para que esos encuentros que se ocasionan no produzcan huevos”.

Un dato clave es que el mosquito macho estéril deberá competir por las hembras con machos salvajes y entonces en el laboratorio deben lograr “un equilibrio en la dosis a la que se los somete para que la esterilidad querida, que es la esterilidad total, no afecte ninguna otra característica del mosquito”.
“Ahora estamos justamente recopilando toda la información que necesitamos para poder hacer una liberación. Ya estamos en las últimas instancias, nos faltaría completar uno de los pies fundamentales que necesitamos, que es conocer cuál es la situación, cuál es la dinámica poblacional del mosquito en el sitio donde se lo pretende controlar”, precisó la jefa del Departamento a cargo de la investigación.
Como paso previo, ya hicieron ensayos de “semicampo”, en jaulas y en situaciones similares a las del ambiente natural, al aire libre, o en un invernáculo del Departamento de Aplicaciones Agropecuarias.
“La primera liberación de mosquitos la estamos planificando para principios de 2024, con una liberación piloto, en un área muy pequeña de aproximadamente seis manzanas, y después si eso funciona se va escalando y se va aumentando la superficie en los barrios a controlar”, precisó Terrada.
El proyecto de la CNEA forma parte de una red de proyectos de otros países de la región, nucleados bajo la órbita del Organismo Internacional de Energía Atómica, que intercambian experiencias, por lo que si el desarrollo resulta exitoso podría servir no solo para las enfermedades que afectan hoy a la Argentina si no también para los mosquitos transmisores de la fiebre amarilla, por ejemplo.
El proceso de liberación masiva requiere una serie de ensayos previos para determinar la dosis de radiación necesaria para lograr la esterilidad total sin afectar el comportamiento del mosquito, así como también la cantidad de mosquitos a cruzar con las hembras para evitar la producción de huevos. También es necesario encontrar un equilibrio en la dosis de radiación para que la esterilidad no afecte otras características del mosquito.
Se han realizado ensayos en jaulas y en situaciones similares al ambiente natural, y se está recopilando información sobre la dinámica poblacional del mosquito en el área de control. La primera liberación piloto está programada para principios de 2024 en un área pequeña de seis manzanas, y si funciona, se aumentará la superficie en los barrios a controlar.
La radiación utilizada no tiene ningún efecto sobre los humanos ni los animales, ya que actúa solo en el momento en que el mosquito está expuesto a ella y el mosquito no queda radioactivo después del proceso.
Fuente: TN