Ambas partes coincidieron en que el tremendo impacto de la sequía requiere cambiar -o al menos analizar cambiar- las metas del programa. También regresó con fondos frescos de organismos multilaterales por USD 2.000 millones. Con todo, las buenas nuevas de sus días en EEUU contrastaron en parte con una semana en la que el dólar llegó a 400 pesos y la inflación trepó a 7,7 por ciento.
El ministro espera que la nueva negociación con el Fondo sea rápida, de no más de tres semanas, y que le permita encauzar ciertas variables de la economía antes de que termine junio, cuando comenzará a rodar de verdad el año electoral.
“La idea es construir sobre la base realista de un nuevo ancla para la macroeconomía, que tenga en cuenta el orden fiscal, pero también las restricciones fiscales que impuso la sequía”, dijo Massa.
Argentina también tendrá que hacer concesiones, pero primero deberá acordarse cuál es el real impacto de la sequía, en números: el FMI dice que son unos USD 11.000 millones; y en Economía aseguran que la cifra ronda los USD 16.000 millones.