Trabajó muchos años para construir sus monoambientes en su propio terreno y así tener un ingreso cuando se jubile, pero el hombre de casi 60 años de edad vivió una verdadera película policial y de ciencia ficción donde la angustia jugó un protagonismo constante. En esa película dramática no fue el único protagonista: fueron momentos de terror donde una mujer ocupó sus departamentos que fueron destruidos y abandonados.
Se llama Julio Argentino Alvarenga y reside sobre la calle Jangaderos, en Puerto Iguazú. El hombre trabaja como empleado en una importante empresa de servicios turísticos en el área cataratas y sufre el dolor de la pérdida de su esposa que fue víctima de una grave enfermedad. Poco después, Alvarenga continuó con este conflicto judicial que le causó mucho malestar a su salud.
“Es algo frustrante esta situación la que estoy pasando. Mi mujer falleció hace dos años, yo tratando de recuperarme y me pasa esto”, comentó Alvarenga a El Independiente Iguazú. “Estoy pasando un momento crítico, hice tantas denuncias que no sirvieron de nada”.
Y explicó: “Tengo dos departamentos muy chiquitos frente a mi casa (misma propiedad) para que en un futuro sea una entradita para mi futura jubilación, pero nada sirvió. Teníamos una criada cuando mi mujer estaba pasando un mal momento con la enfermedad y empezó a cuidar porque tuvimos que ir cuatro años y medio a Buenos Aires por la enfermedad de mi mujer que tenía cáncer. En estos días venía un amigo de Buenos Aires que me ayudó mucho allá y le quería dar el departamento para que pase unos días en Iguazú. Le pedí (a la mujer) un departamento y me dijo que yo nada tenía que ver acá. Me dijo que le había amenazado y ahí le pedí que me dejen el departamento limpio. Ella tiene a su marido que trabaja muy bien y no quiere irse a vivir a otro lado”.
En consecuencia, Alvarenga solicitó ayuda a la justicia en tres oportunidades, pero la mujer involucrada no se presentó a declarar. Al sentir olor a podrido decidió ingresar y recuperó su propiedad que estaba totalmente destruida, aunque la historia no terminaría así: el 15 de marzo pasado el juez por subrogación legal Francisco Vetter ordena con personal policial a ingresar a la fuerza a la propiedad de Alvarenga y así dejar ingresar a la mujer.
“Ella no se presentó a la justicia a declarar y tampoco su marido”, señaló Alvarenga. “Luego me entero que no había ninguna denuncia mía. ¿Dónde estaban mis denuncias?”, se preguntó con angustia. “Ahora el juez me pidió que le entregue el departamento a la mujer y que le conecte la luz que pago yo. Ellos abandonaron los departamentos y había mucho olor a podrido. Entré a limpiar todo, estaban las duchas 15 días abiertas perdiendo agua, una podredumbre los departamentos, cosas en la heladera, todo podrido, un desastre, muchísimo olor”.
Y remarcó: “Ellos abandonaron 15 días los departamentos y tuve que entrar y darle de comer al perrito que tenían abandonado. Luego vinieron devuelta con una abogada y policías, y si ponía resistencia me llevaban preso de mi propiedad”, dijo Alvarenga quien lamentó que “algo se está haciendo mal en Iguazú”.
Por otro lado, la producción de El Independiente Iguazú buscó dialogar con la otra parte en conflicto, pero en varias oportunidades no atendieron el llamado en el domicilio; desde el martes hasta el miércoles pasado.
Fotos gentileza familia Alvarenga. Foto de tapa Eduardo Viera.